Ahora que he leído sobre John Berger, me ha llamado mucho la
atención la frase que menciona en su lectura “Modos de ver” que dice así: “nunca
se ha establecido una relación entre lo que vemos y lo que sabemos”. Cuando
la leí entendí que no hay palabras exactas, ni una gran cantidad de ellas para
expresar o describir lo que vemos, es decir nada se compara o alcanza el grado
de experiencia a lo que el ojo humano puede ver.
Que interesante se me hizo saber la diferencia entre lo que
es mirar y lo que es ver. Realmente nunca me había puesto a pensar en ello y
ahora que lo hago, descubro que tienen que existir las dos palabras porque ambas
acciones, aunque dependen del sentido de la vista, una te puede llevar a un
nivel más profundo y la otra se puede quedar en lo elemental. Así pues, ver
va a ser lo que prácticamente hacen los animales cuando dirigen su vista hacia
un objeto sin razonar, sin haber entrado en un análisis del objeto, y mirar será
cuando el ser humano dirige su vista hacia el objeto y razona sobre él, lo
analiza y llega a conclusiones. Aunque muchos pensadores, filósofos y estudios
concuerdan con que lo que hace al ser humano ser diferente de un animal es su
capacidad de razonar, el ser humano emplea estas dos formas de dirigir la
vista. Yo las he empleado las dos.
Ahora también, concuerdo mucho con que esta acción de ver,
de observar las cosas, actúa en nuestra cabeza o funciona en ella como si fuera
un rebote (así lo entendí yo). Recuerdo la tercera ley de Newton que plantea
que con toda acción ocurre siempre una igual y contraria. Pienso que así es
como lo plantea Berger en su ejemplo de la colina: si nosotros podemos ver la
colina, significa que de ese punto (la colina) podemos ser vistos también, y me
queda claro que esto, como lo plantea Berger, es para dar credibilidad a lo que
vemos y a nuestra existencia en este mundo.
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